La periodoncia es la rama de la odontología encargada de mantener el estado de salud de los tejidos de soporte y protección del diente (encía y hueso alveolar principalmente).
El primer signo que hace consultar a los pacientes es el sangrado de la encía, lo que se traduce en un estado inflamatorio generado principalmente por el depósito de placa bacteriana. Casos más avanzados de enfermedad periodontal incluyen las siguientes situaciones:
Los procedimientos a realizar variarán según el daño acumulado por cada paciente. El espectro va desde una simple limpieza o profilaxis e instrucciones de higiene, pasando por curetajes (pulidos radiculares) para eliminar el cálculo subgingival, hasta cirugía periodontal, con el fin de eliminar las bacterias presentes que generan esta enfermedad crónica.
Se recomienda asistir a control al menos una vez al año, pero lo que determinará el intervalo de tiempo entre citas será el daño e inflamación que presente el paciente.
La encía forma parte del sistema de soporte del diente a los maxilares. Si la encía está sana, los dientes están firmemente sujetos, lo que garantiza que podamos masticar correctamente y nos protejan del exterior.
La encía forma parte del periodonto, junto al hueso alveolar y el ligamento periodontal. El ligamento periodontal y el hueso alveolar fijan el diente en la boca y la encía es la barrera que nos protege del exterior.
La encía sana no sangra y se adapta a los dientes de forma festoneada.
La causa más frecuente que da lugar a que la encía enferme son las bacterias.
En la boca existen más de 300 tipos diferentes de bacterias y muchas de ellas son potencialmente lesivas para el periodonto. Las bacterias que habitan en la boca se depositan sobre la superficie de los dientes y en el surco gingival (espacio entre encía y diente), constituyendo la placa bacteriana. Cuando las bacterias crecen sobrepasando un cierto nivel, son capaces de producir lesiones en los tejidos periodontales. La gravedad de las lesiones dependen de la genética de cada uno.
Para tener enfermedad periodontal (también llamada periodontitis, y antiguamente piorrea), el factor más importante es el genético.
Generalmente, las personas que padecen periodontitis, sobre todo las de formas más severas, encuentran afectados entre sus padres o hermanos.
BACTERIAS + PREDISPOSICIÓN GENÉTICA = PERIODONTITIS
Otras consideraciones:
Los estudios indican que los fumadores, y especialmente los que fuman mucho, tienen tendencia a la enfermedad periodontal.
La encía recibe un menor aporte sanguíneo y de oxígeno, a la vez que disminuyen sus mecanismos defensivos contra las bacterias de la placa bacteriana. Esto provoca una mayor destrucción de los elementos de sujeción del diente.
El que su encía no sangre, aun estando muy afectada, es un signo más del efecto del tabaco: al tener un menor aporte sanguíneo y de oxígeno, la encía tiende a sangrar menos. El tabaco enmascara y agrava la enfermedad periodontal.
Las más frecuentes son sin duda las conocidas como enfermedades periodontales. Las formas leves se llaman gingivitis y afectan sólo a la encía, las graves son las periodontitis en las que se produce una destrucción más profunda, en el ligamento periodontal y el hueso.
Existen muchas enfermedades relacionadas con las encías, en las que vemos ampollas, úlceras y cambios de color. Hay que cuidar nuestra salud oral, ya que algunos de estos síntomas, pueden ser el reflejo de enfermedades graves como el cáncer.
GINGIVITIS = INFLAMACIÓN DE LA ENCÍA (REVERSIBLE)
PERIODONTITIS = DESTRUCCIÓN DEL HUESO DE SOPORTE DENTAL (IRREVERSIBLE)
La gingivitis es una de las enfermedades más frecuentes del ser humano (en jóvenes 75% de 20 a 25 años).
La periodontitis es muy rara en jóvenes y adolescentes, pero existen ciertas formas agresivas que sólo les afectan a ellos. Sin embargo su frecuencia aumenta con la edad.
Si no la tratamos, perderemos los dientes en un periodo variable de tiempo. El edentulismo (pérdida total o parcial de nuestros dientes) es un grave problema ya que nos puede afectar de manera psicológica, estética y funcionalmente.
No es normal que la encía sangre. Siempre hay que recordar que una encía sana no sangra.
La movilidad dental es un signo tardío y grave de las periodontitis. La enfermedad periodontal no es la única causa de movilidad dental, pero sí la más frecuente. Cuando aparece, nos indica una situación con tratamientos más complejos y peores resultados; y en muchos casos ya no se pueden mantener los dientes en boca y tenemos que extraerlos.
Mal olor de boca o halitosis. Ciertas bacterias que se encuentran en la periodontitis producen sustancias que se eliminan por el aliento y producen ese mal olor. También cuando tenemos pus en la encía se produce ese mal olor desagradable para los pacientes y que los demás pueden percibir.
La mejor forma de prevenir la periodontitis es mantener una correcta higiene bucal, pero en personas predispuestas, a pesar de la correcta higiene oral tiende a producirse la enfermedad.
El cepillado dental no es suficiente. Para los espacios donde el cepillo no alcanza, como son las paredes de contacto entre diente y diente es necesario el uso de hilo dental o cepillos interproximales.
Los dientes hay que cepillarlos después de cada comida.
El cuidado de la encía es también una garantía de prevención de la caries. La comida empaquetada entre los dientes, que sirve a las bacterias para proliferar, también puede producir el crecimiento de bacterias que producirán la caries en esa pared de diente.
La enfermedad periodontal es una infección producida por bacterias y como tal puede contagiarse. Estudios recientes han demostrado que las personas que conviven durante años con un paciente periodontal tienen más probabilidades de padecer periodontitis, por ello, los familiares más expuestos suelen ser los hijos y las parejas.
El vehículo de transmisión de las bacterias es la saliva y el beso la forma más frecuente de contagio. Naturalmente también depende de la susceptibilidad de la persona, pero el riesgo aumenta con los contactos repetidos y ante cualquier situación que ocasione un descenso de sus defensas.
LA PREVENCIÓN CONSISTE EN EL CONTROL POR PARTE DE UN PROFESIONAL. ES IMPRESCINDIBLE ACUDIR AL DENTISTA COMO MÍNIMO DOS VECES AL AÑO PARA EVITAR O CONTROLAR TODAS LAS ENFERMEDADES BUCALES.
El tratamiento va dirigido a eliminar las bacterias productoras de la enfermedad, corregir los factores que le hacen más susceptible a las mismas como el tabaco y ciertas alteraciones dentarias como las malposiciones; además es necesario que la enfermedad pueda ser controlada a largo plazo.
En el caso de la gingivitis es suficiente una mejora de la higiene oral y profilaxis periodontales que son actuaciones preventivas rápidas, sencillas y nada molestas. Habitualmente se realiza en una sesión y suele ser conveniente realizar una revaluación del tratamiento al cabo de aproximadamente un mes para evaluar los resultados y determinar cada cuánto es conveniente realizar las revisiones de mantenimiento. Normalmente lo complementaremos con el uso de colutorios específicos durante un tiempo determinado.
Después de realizarlo se establece las sesiones de raspado, aunque es aconsejable realizar una higiene previa para eliminar y desinflamar al máximo la encía. El raspado es la fase básica del tratamiento y va dirigida a eliminar las bacterias de la bolsa periodontal, restos de sarro por debajo de la encía, y alisar la superficie radicular para dificultar la nueva adhesión de placa.
Normalmente se realiza bajo anestesia local y por cuadrantes. Generalmente, dividimos la boca en dos, y un día hacemos el lado derecho (superior e inferior) y otro día el lado izquierdo. Para realizar este tratamiento no debe pasar más de una semana entre un lado y el otro para evitar la contaminación cruzada.
Cuando la bolsa periodontal es profunda puede ser necesaria la realización de CIRUGÍAS PERIODONTALES una vez finalizada la fase de raspados. Es una fase del tratamiento que permite eliminar las bacterias de las zonas más profundas de la bolsa periodontal y corregir los defectos anatómicos producidos como consecuencia de la enfermedad.
Una vez acabado el tratamiento, es importante programar citas periódicas (3 meses, 6 meses, anualmente) para controlar el tratamiento realizado, y reevaluar la estrategia a llevar a cabo.
No hacemos nada si hacemos un tratamiento inicial perfecto (periodontograma, curetajes, colutorios…) si después no acudimos a las citas de revisiones pertinentes.
En el caso de las gingivitis los tratamientos consiguen resolverse con total normalidad sin secuelas. Con las periodontitis se suelen tener que corregir defectos que la enfermedad ha generado. En cualquier caso, los tratamientos pueden conseguir detener las enfermedades periodontales de forma indefinida, logrando el mantenimiento de los dientes. Sin embargo, dado que se trata de una enfermedad infecciosa con capacidad de reactivarse, el mantenimiento de los resultados depende de gran medida de los controles profesionales de mantenimiento periódico.
En ocasiones no se produce un control total y la enfermedad sigue evolucionando, aunque mucho más lentamente que sin tratamiento. Estas formas suelen ser:
Las enfermedades periodontales, al tratarse de procesos infecciosos generalmente crónicos, pueden interactuar con muchos procesos generales:
Estas y otras muchas razones llevan a afirmar que una encía sana es sinónimo de una vida sana.